
La idea es bastante sencilla de entrada. La arruga del papel es la arruga de la modelo, de forma que la gente puede, con sus manos, modificar la apariencia de la piel de la mujer en la foto. Para ello, se desarrolló un software que mediante cámaras hacía reaccionar al papel al pasar la mano por delante.
Obviamente el producto anunciado era una crema antiarrugas denominada Actavis.
Teniendo en cuenta que se trata de la primera experiencia de este tipo en ese mercado, probablemnte haya dado bastante que hablar; sin embargo en términos absolutos se queda un poco floja en su acercamiento al público objetivo del producto que publicita. Tal como comentan en Briefblog, fueron los niños los que se entretuvieron jugando con el sistema mientras que sus madres observaban desde un segundo plano.
Cuando se trabaja con la interactividad no se puede dejar sobre ella todo el peso de la acción sino que debe sumarse a todo lo ya conocido y teorizado anteriormente en el mundo de la publicidad para complementarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario