junio 16, 2009

Foolvertising

Quiero que mi logo se vea más. Detrás de esta manida frase encontramos la fiebre de muchas marcas por ubicar su logo en los lugares más insospechados. Así nació una serie de términos (cómo nos gusta inventar palabras en publicidad) con el morfema -vertising.

http://blog.epromos.com/archives/nike-replanting.jpg

Los animales estuvieron entre los primeros afectados: bugvertising, dogvertising, sheepvertising... y no hemos logrado encontrar un ejemplo de ornitorrincovertising. Luego pasamos a los alimentos, con ejemplos como el eggvertising o el nutvertising. Pero todos sabíamos que era inevitable pasar por el peoplevertising en todas sus variantes: handvertising, childvertising, sumovertising... y el caso más célebre, el de Andrew Fischer, que hace unos cuatro años había ganado unos 50.000 dólares (además de sus 15 minutos de fama) alquilando su frente como valla publicitaria.

Tatuarse el logo de una marca no es nada nuevo a estas alturas, pero el origen de este artículo es la noticia de que en la última acción de MásMóvil tres personas se tatuaron el logo de la compañía (esperamos que no de modo permanente... ¿se imaginan un tatuaje de Airtel?) a cambio de 500 euros. En la línea con la que se ha lanzado esta compañía (recordar spots aquí y aquí) siguiendo la máxima de lo importante es que se hable de uno, uno de los tatuajes ha terminado como assvertising.

¿Notoriedad garantizada? Puede que sí hace unos cuantos años, pero hoy el tattoovertising parece algo de lo más freak, en parte gracias a fotos inmensamente difundidas por la red como ésta: el tatuaje del Zune de Microsoft.

zune-tattoo.jpg
Estamos a favor de explorar nuevos medios, investigar caminos diferentes en marketing, fomentar la interactividad entre usuarios y marcas, etc... pero debemos ser conscientes de que todo tiene unos límites y un precio a pagar en el mundo de la comunicación.


Lo hemos visto en Globally.

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