Durante años se ha estado preparando a profesionales del marketing y la publicidad. El marketing y la publicidad tradicionales, los de gráfica, cuña y spot. Como sota, caballo y rey. Pero para prepararse para un mundo en constante evolución como éste no basta con obtener un título y aprender cuatro pautas. Seguro que la mayoría de los que están leyendo este artículo, cuando estaban en la facultad Facebook no existía y menos de un 20% de share en televisión se consideraba un fracaso, por citar dos de muchos posibles ejemplos.
En estos tiempos de crisis hemos vivido una fuerte desaceleración en las inversiones publicitarias en todos los sectores (excepto en Internet, claro). Las marcas ya no confían sus presupuestos a las estrategias tradicionales, y es cuando en las agencias convencionales buscan estrategias alternativas, a ser posible de menor coste y mayor impacto. La crisis ha propiciado que lo no convencional llegue a convertirse en la mejor solución. Las empresas quieren llegar hasta su target, ya no se quedan de brazos cruzados esperando la visita de consumidores pasivos, sino que quieren ir a buscar a sus clientes a la calle: es aquí donde entran estas estrategias (en parte mal denominadas a estas alturas) alternativas, como el street marketing, del cual hemos visto múltiples ejemplos en este blog.
Volvamos al inicio de esta entrada: si hemos pasado años preparando a profesionales de la publicidad, digamos clásica, ¿están los tradicionales departamentos de marketing y creatividad preparados para estas nuevas formas de publicidad interactiva? Tras una conversación hace unos días en nuestras oficinas a raíz de este artículo, concluimos que la metáfora más recurrente para explicar esta situación es acudir al mundo de la medicina: ¿Está un podólogo preparado para extraernos las muelas del juicio? Hay que pensárselo dos veces, ¿no? Uno no puede jugársela con la salud de su marca.
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